viernes, 6 de julio de 2007

Jonathan Palomino

Le gustaba Metallica y el título de una película de Clint Eastwood. Tenía una actitud Morrisonesca y la piel amarilla en sus días saludables. Creo que una muerte lo hizo Padre. “El sexo es un nazi. Todos los estudiantes sabían esto en tu escuela. Para él todo el mundo es subhumano en partes de la vida. Algunos lo son toda su vida. Tú serás uno de estos si estas cosas te preocupan. Y mientras vomitaba, mis enemigos cantaban canciones de Elvis Costello. Otro de los que no sabe que Less Murray es un marsupial poeta. Y que West Morris me vale lo mismo que todos los demás best sellers. Dos Balzac y Swedenborg para el camino. Acepto que no sé dar consejos, me niego a contar máximo hasta trece o algo así. Porque no siempre que haces el payaso lo consigues, entonces es mejor guardar algo para que nadie lo sepa: yo siempre quise ser imitador de Elvis y asaltar un casino en nevada. Cientos de putas tirando, salvajemente y sin parar. Comer de la calle. Y fingir que desciendo de una familia de condes, condesas y archiduques maricones.”